martes, 4 de mayo de 2010

Sin 5 sentidos

No veo, no huelo, no oigo, no toco y por postres tengo la boca seca por respirar por ella. Atado con las manos a la espalda con una cinta de algodón y un vendaje de terciopelo que aislá todo lo que tengo por encima de mis labios. De pie a las ordenes de ella...

Noto unos dedos surcar mi cuello directos a mi boca. Acarician mis labios y los beso. Pero rápidamente desaparecen. Dos palmas rozan mi pecho y bajan hasta mis muslos. Noto un beso en mi miembro y de nuevo paz. Ahora toca aire, un cálido aliento recorre cada centímetro de mi cuerpo, ademas de un centenar de besos; labios que se paran aleatoriamente sin ninguna regla. De golpe noto una lengua dentro de mi boca, un largo beso que casi me deja sin respiración... me quedo jadeando pero excitado.

Recupero mi olfato, de nuevo tengo la nariz libre... y empiezo a respirar mejor. Algo se acerca a mis labios; erecto, suave... recorro con mi lengua cada centímetro del pezón que tengo al alcance de mi boca. Se aleja y vuelve su gemelo. Me tumban boca arriba y yo sigo sin escuchar, ver o tocar nada. Un frío cubito o eso creo, recorre mi pecho; seguido de una cálida lengua que me seca las pocas gotas heladas que quedan. Erecto, su lengua abraza mi pene para luego ascender y descender. Finalmente acaba dentro de su húmeda boca y apenas tengo libertad para estremecerme. Me lo lame, besa, toca... la tensión se me acumula y no creo que aguante mucho mas. Pero de golpe todo para, para bien o mal. No se cual sera su siguiente carta pero de nuevo estoy de pie. Me sueltan de manos y me acerca hacia ella, o eso creo. Que expectación...

Creo que ella esta tumbada pues me hace ponerme a gatas encima de ella y yo sigo sin ver ni oír. Me toma de la nuca y me acerca a su boca. No puedo tocarla... solo olerla y besarla. Noto sus labios carnosos entre los míos, su lengua bailando con la miá... pero me hace bajar al cuello. Noto algún sabor dulce, que baja poco a poco. Sigo el rastro con mi lengua y paso de su cuello a sus pechos, de sus pechos a su ombligo, de su ombligo a sus muslos; Y alcanzo su vagina. Palpo con la lengua y voy probando, guiándome lo que mas le gusta por el calor, por sus movimientos. Noto el sabor adictivo de su néctar y no puedo parar. Estamos ambos a cien, lo noto... pero hoy no mando yo.

Tras un rato me toma de la barbilla y me hace subir. Su mano coge mi duro pene y empieza a bailar por fuera de su vulva, para posteriormente entrar con una extrema facilidad. Tomándome de la nuca me empieza a besar en introduce los dedos envueltos en su néctar en mi boca. Los saboreo pero los noto algo diferente al gusto de antes. Me pone el alto y me tumba boca arriba otra vez. Me ata de pies y manos a extremo de la cama... y de nuevo me siento dentro de ella, sin embargo la noto algo mas tensa y menos húmeda. Los sentidos me empiezan a jugar malas pasadas.

Sin venir a cuento noto algo encima de mi barbilla, empiezo a palpar con la lengua y eso de nuevo el antiguo sabor. ¡Ostias! ¡Resulta que son dos!. La excitaron es máxima y no puedo de dejar de degustar el placer ante mi mientras el coito empieza a ser demasiado largo para mi. Mi cuerpo se estremece y de golpe ambas salen de encima mio. Sus dos lenguas recorren mi pene mientras yo irremediablemente eyaculo sobre ellas. Pero la cosa parece no acabar pues se esfuerzan en endurecerme el pene de nuevo y parece que lo consiguen con relativa facilidad. Me aflojan el vendaje de la cara y recupero el oido, pero sigo a oscuras.

El ruido excitante de la doble felación pronto acaba cuando de nuevo otro de las vaginas envuelven mi pene de nuevo. Las nalgas de una de ellas se aposentan sobre mi y me ponen en bandeja por detrás su vagina y ano. Mi lengua recorre el metafórico valle de arriba a bajo mientras unos dedos masturban el ano. Oído gemidos, besos y el vaivén su entrepierna que amortigua con la miá. Sobre mi pene hay mas movimiento y creo que es una mano que masaje el clítoris de mi prisión. Noto los espasmos, la sobre lubricación de la vagina y un largo gemido seguido de un jadeo. Se intercambian posturas y ahora unos muslos se asientan en mi pecho y dejan la vulva a la altura de mi barbilla.

El próximo coito es mas lento, noto un ano hambriento que poco a poco me va devorando al ritmo de unos grandes gemidos. Mientras una mano coje con fuerza mi cabello acercándome hacia la boca de la vagina con la cabeza rodeado entra sus piernas. Incesante circulo vicioso que acaba cuando empiezo a notarme preso de unos muslos por la cabeza, unas afiladas uñas que agarran mis rodillas con fuerza y un cuerpo que vuelve a irse. Eyaculo con fuerza dentro del culo mientras me “ahogo” en flujo por la boca. Los tres caemos rendidos, ni respiración o fuerza. Se tumban una a cada lado y luchamos por el poco aire fresco que queda.

De golpe me sueltan y me quitan la venda. Me veo a mi amante de pie con una cámara en la mano y a lado y lado dos gemelas amigas de ella. Sorprendido y en shock, ellas se levantan y se sientan en sendas butacas colocadas a lado y lado de la cama. Expectante situación y largo silencio que se rompe cuando mi amante me dice “Ahora me toca a mi”, tomando mi miembro entre sus manos y reanimandolo... Sigo pensando el que ha pasado cuando de nuevo ya vuelvo a estar empalmado.

Rebecca, esto me la pagaras caro...

domingo, 2 de mayo de 2010

Ser

Erase una vez un pueblo muy lejano donde un solo ser vivía envuelto de espectros
Ser alguno pudo comprender su dolor y lo tachaban de loco
Y este ser descubrió que la razón de su padecer era su locura
Las lenguas no se equivocaban, pero los espectros al ser se lo negaban
Huyendo encontró refugio en ninguna parte, y ser decidió destino alguno
Y grito: - Si he de ser llevado por el camino de la amargura y escapar de la muerte
Que la gente se entere que ningún ser podrá contener mi amargo andar
Que ser libre es igual de importante que el padecer de preso
Que el castigo eterno no puede ser se soluciona con un solo hecho
Y solo pido ser devorado por eterna nube negra a la que llamáis soledad
Para salir de ella y reencontrarme con ese ser, mi arcángel perdido
Pero que por caprichos del destino nunca más podre este ser podrá besar
Y es cuando este ser cansado y desvalido al fin podrá descansar
Sin ser el castigo de una alma sin más culpa que el amar –
Al final el ser fue devorado por sus miedos y sin cordura salto por el precipicio
Y dicen las viejas lenguas que jamás el ser volvió a tocar luego alguno
Ser eterno sin final más amargo que su partida sin rumbo ni destino

La Leyenda de Astrid

Dice la leyenda que allá por el fin de la primavera de MCMLXXXVII un pétalo de rosa se dejo llevar por corrientes celestiales y emigro a mejores parajes, donde las nubes abundan. Pero fue empuñado por un ser alado y este quedo fecundado. Pocos días pasaron cuando un nuevo ser nació del alado. Bello, delicado, único y hembra… Se oyó un estruendo, que retumbo el cielo y el mar, un grito de horror... Pero tras la tormenta llego la calma, y el horror pasó a ser milagro. Pues no hay ángel unisexual, sino el asexualismo es lo mandado.

Ella fue adorada y gratificada, pero también envidiada. Con el tiempo la euforia se fue apagando y el mal estar se generalizo, hasta el punto de ser odiada y expulsada. No por mal alguno, sino por reprimendas estéticas.

Voló por tierras y mares, buscando cobijo de un tiempo lluvioso. Entre tenebrosidades y alboradas, llego el frió invernal. Padeciendo nieves y ventiscas perdió fuerzas y ganas de luchar. Callo al vacío, hacia ningún lugar, pero antes de tocar suelo alguno noto de nuevo calor. El calor que da el abrazo de una madre. Por fin dio con ella, su mente no pensaba en nada más. Quería volver a empezar, olvidar todo lo demás. Olvido el hablar, el caminar, el volar… sus alas se neutralizaron. No volvió alzar el vuelo jamás, porque aquí codiciaba permanecer.

Nueva vida, nueva identidad. Renacida en los brazos de su nueva madre. Astrid fue nombrada, porque resistió el frió crudo… porque tenia “la Fuerza de Dios”.


XXVII Febrero de 1988

Elfos del Placer

Quizás tu ética te impida comprender esta situación pero mirate, estamos solos en este pequeño antro sin mediar mas palabra que un hola y con una simple mirada has conseguido que me hierva la sangre. Encerrados en el baño por culpa de una mirada desafiante. No hay batallón alguno capaz de detener mi asalto a tus labios. No queremos palabras, con la respiración nos vasta para saber lo que queremos y como.

Empiezo por besar tus tirantes y nerviosos labios que se humedecen cada vez que tragas saliva por la tensión del momento. Lengua con lengua, eternamente bailando mientras tus brazos me presionan el cuello acercando si es aun mas posible tu cuerpo contra el mio. Impulso de carga y te siento en el mármol pálido del lavamanos. A tu merced rodeado por tus piernas y brazos noto calor, excitación... Poco tiempo duraron puestos nuestros ocasionales atuendos aposentados de hombro a cintura, dejando al descubierto nuestros bustos desnudos. Correspondiendo a tal situación me encontré besando tus senos tensos, sin perder respeto a tu cuello y labios.

Poco tardaron a llegar los gemidos suaves, tus mordiscos y los sonoros latidos. Arrancándote el resto de ropa elegantemente me encontré ante tu bello cuerpo fogoso sentado esperando ser atracado. Abrazando con cada brazo tus muslos los fui mordiendo y besando hasta llegar al centro de la fogata, para entremezclar entre fluidos mi lengua en busca de cualquier señal de placer. Recuerdo como clavavas tus uñas con rabia en mis hombros mientras aguantabas las ganas de chillar.

De pronto tus muslos se cerraron encarcelando mi cabeza entre tus piernas mientras no parabas de temblequear. Con la mirada nublada y ruborosos pómulos buscabas incesante entre mi bragueta el siguiente coprotagonista, masturbandolo a modo de asegurarte que estaba suficiente duro y lubricado. Cogí tus muñecas y suavemente formamos uno solo. El suave vaivén rápidamente se transformo en rápidas arremetidas. Tus brazos rodearon mi torso y los míos tu espalda, fusionando cada milímetro de nuestro cuerpo para abandonar ese rol de sedentarismo. Tu cuerpo suspendido en el aire se deslizaba arriba y abajo, tan sudoroso y caliente, que el tiempo para nosotros avanzaba entre gemido y gemido. Pasos en falso me hicieron chocar contra la pared a modo de barrera y allí se desencadenaron las ultimas rápidas mecidas hasta que mi cuerpo se petrifico. El ultimo espasmo fue el preludio de mi inconsciente descarga, momento en que nuestros labios se entrelazaron en un largo beso mientras mi pelvis sufría pequeños espasmos.

Cuando logramos recuperar la conciencia nos vestimos y abandonamos el lugar. En aquel ultimo semáforo que separaba nuestros destinos, sin mediar palabra desde que nos encontramos en el bar, nos miramos y nos dijimos adiós con dos cordiales besos. A la docena de pasos ambos nos giramos, nos miramos y dos tímidos llamame salieron a la vez de nuestros labios.

De eso hace ya dos días y ahora que pienso apenas recuerdo tu voz. Me decido a coger el móvil y mientras te busco en la agenda recibo tu llamada, diciendo tímidamente el lugar y la hora. Cuando llego a destino nos saludamos cordialmente, me coges de la muñeca y de un fuerte tirón me vuelves a llevar a otra vez al final del pasillo donde esta el servicio de aquel concurrido bar y vuelta a empezar...

Dejavus Cumplidos

Que de nervios. Es increíble, inmaculada, perfecta... miro al cielo por la luna de mi coche, mientras espero a que entre el todoterreno de delante en la parcela, y digo al de arriba “Gracias por este ángel”. Finalmente aparco mi coche al lado del suyo, bajo de este, miro a mi alrededor y sonrio. Ella esta de pie esperando en la puerta del garaje y yo paso mi mano por el capo de su todoterreno mientras me bombardean en la mente imágenes prefabricadas irreales.

Los dejavus continúan mientras ella con orgullo me enseña su palacio. Y no logro concentrarme entre el batir de su culito bien escoltado por unos vaqueros y los dejavus. Al fin acabamos en su cuarto después de la visita turística, que con tanto orgullo ella me a guiado. Se sienta en la cama exhausta de vibrante día y me sonríe.

Te amo mi niño – Dice con orgullo
Y yo, y yo, y yo... - Sonrió con cara de sentirme en el cielo
¿Que pasa? Te veo algo pensativo
Nada, recuerdos... deseos... sueños... y ahora realidad. Es como si ya estuviera antes aquí y no puedo impedir tener esta sensación tan placentera...

Ella empezá a reírse, oliéndose el porque de mis palabras. Da una palmada en la cama dándome pie a tomar asiento y de nuevo volvemos a mezclar nuestros labios. Pero esta vez es diferente. Estamos solos, ajenos a todo lo que no fuera ella y yo. Mi mano recorre su cuello dulcemente mientras ella me abraza con fuerza. Colorada, me mira con miedo y la noto excitada; supongo que como yo. Acaricio su espalda y pongo una de mis manos encima de su vaquero próxima a la rodilla tocando su muslo con suavidad mientras, entre beso y beso, nos decimos cosas preciosas. No me atrevo a introducir mi mano debajo de su camiseta, pero el miedo se pierde al mismo ritmo que parece perderlo ella. No se quien tiene mas vergüenza de los dos, pero es tan divertido y excitante...

Acabo por descubrir su torno y besar su cuello, pecho; mientras la envuelvo con mis caricias. Sus ojos brillantes, su respiración, su silencio... cuanta pasión y amor se respira. Sentimientos aparte, la deseo tanto...

Mi mano apretá con firmeza su muslo y empieza a dirigirse a si culo, palpando cada centímetro y bailando en círculos por toda su cadera. Ella me descamisa y empieza a besar mi pecho mientras mi mano ya se situá en su entrepierna, custodiada por sus vaqueros. A pesar del grosor de la tela, noto el calor y los latidos de su cueva del desquicio. Los cristales de la alcoba empañados, demuestran la tensión de la escena y el calor cada vez mas intenso nos obliga a quitarnos los pantalones y a quedarnos en ropa interior.

Desabrocho su sostén con suavidad sin apartar mis labios de sus pechos, descubriendo del todo sus pezones erectos. Uno a uno los saboreo a conciencia mientras ella acaricia mi pene oculto tras los boxers negros. Tras un rápido gesto mi pene queda al aire. Ella empieza a acariciarlo y se lo introduce en su boca. Noto su lengua húmeda y arropando mi miembro, y yo no tengo otra manera de agradecerle tal hazaña que tocar su espalda y pechos con ternura. Los ruidos de su boca, el calor de su lengua y saliva... escalofriante sensación que me lleva al placer divino.

Bien erecto y antes de saciarme al competo me abalanzo sobre ella y le tomo los muslos después de tumbarla boca arriba. Besos y mordisquitos se alternan entre sus muslos hasta llegar a su entrepierna. Beso con dulzura sus tanga y lo bajo suavemente ayudado por mis dientes, descubriendo su monte de venus. Mi lengua se desliza por encima de su clítoris y baja por sus labios húmedos para luego volver a subir. Introduzco uno de mis dedos en su lubricada vagina mientras con movimientos circulares de lengua estimulo su clítoris. Ella se retuerce un poco y me empuja con dulzura con intención de tumbarme.

Una vez tumbado y de espaldas a mi vista, con sus piernas a lado y lado de mi cabeza, aposenta su vagina en mi boca y yo le respondo con mi lengua loca. Ella inclina su cuerpo hacia delante para meterse de nuevo mi pene en la boca, mientras acaricia mis testículos. Yo por mi lado manoseo sus muslos mientras tensiono mi lengua, que se introduce en su vagina alternamente. Ayudado por su propio flujo, lubrico uno de mis dedos y masajeo su ano mientras no paro de lamer su vagina por completo. Un gran gemido placentero marca el inicio de la masturbación anal. Ella cada vez mas húmeda, igual que yo empieza a perder la coordinación. Ambos damos fugaces estímulos, uno al otro.

Cuando creíamos que no aguantaríamos mucho mas, ella se levanta para sentarse de espaldas en mi pene. Deslizándose por fuera de su vagina, rápidamente entra por culpa de la total lubricación natural. Las embestida empiezan a aumentar de ritmo y ella se echa para atrás. Con su espalda en mi pecho, la rodeo con mis brazos y le beso el cuello mientras estimulo sus pechos con mis manos, sin dejarla ni un segundo de penetrar. Nuestras respiraciones se coordinan y no dejan de aumentar de manera exponencial. Tomo un leve respiro y la recuesto boca arriba de nuevo, desde encima de nuevo la empiezo a penetrar mientras le beso la boca, recostando su cabeza en mi brazo. Nuestros pómulos cada vez están mas rojizos y la sudoración es mas que evidente.

Los cuerpos tensos empiezan a dar ligeras convulsiones. Un escalofrió da el pistoletazo de salida a las ultimas arremetidas rápidas para acabar eyaculando dentro de ella, notando como ella a su vez me aprisiona con pequeños espasmos vaginales provocados por su clímax. Fundidos el uno con el otro recuperamos el aliento dándonos besitos. Dejamos caer cada cuerpo asfixiado a lado y lado de la cama para tomar aire. Mezclados en un abrazo estamos recuperando oxigeno para luego darnos un buen baño, lo ultimo que le digo al oído es Te Amo. Creo que me estoy durmiendo, por primera vez, junto a ella...

Tequila Sunrise

Llevo un día bastante peculiar, perdida en mis pensamientos y me siento tan sola como ayer. A pesar de ir acompañada de mi mejor amiga Jennifer, cruzar la ciudad al borde del medio día es un castigo para cualquier mente. Ansiosa por salir del coche aparco en el primer hueco que veo y me llevo arrastras a mi amiga a la primera cafetería que vea. Entramos en una un tanto peculiar. Parket y terciopelo granate, tonos dorados que reinaban el lujoso local. Cuanta elegancia y exclusividad. Tomamos asiento y empezamos ha hablar después de haber estado durante cerca de dos horas cantando canciones de Camila en medio del horrible atasco.

Iris, estas muy rara. - Me pregunta Jennifer-
¿A que te refieres? - Contesto yo
No lo se, pero te noto activa y ausente.
Sensaciones incompatibles, a mi parecer... - Respondo con intriga
Que va. Hoy no eres la misma. Tienes que aprender a tomar las riendas de tu vida.
Damiselas, bienvenidas. ¿Que les puedo ofrecer? - Interrumpe una masculina voz

Levanto mi mirada y sorprendida por un esbelto barón de unos 30 años moreno y con cara simpática. Percha de un elegante pantalón pinzado, una camisa sedosa clara con corbata y un chaleco italiano.

Dos Tequilas Sunrise por favor. - Responso tras una alargada pausa
A su servicio. My Lady.

No podía de dejar de mirarle el culo mientras danzaba hacia la barra y al poco tiempo volvía con nuestras bebidas. Jennifer de mientras hablaba, pero admito que no le presto atención. Estoy hechizada por el.

Deseo cumplido – Contesta él mientras pone a nuestra disposición las copas.

Dos tequilas y medio después, noto como mi cuerpo arde por dentro y mis bragitas se van humedeciendo poco a poco. ¿Sera el tequila? ¿El hecho que desde un rato me estoy acariciando el lóbulo de la oreja con ternura? ¿O quizás el hecho de que no pueda de dejar de mirar al desconocido camarero mientras se desenvuelve en la barra entre sus compañeros?. Creo que todo influye y me levanto decidida hacia la barra para pedirle la llave del lavabo. Tras dármela me dirijo hacia este con algo de prisa. Tengo la necesidad de tocarme, no aguanto este sofoco. Introduzco la llave en el pomo y la saco de golpe, tengo una idea mejor. Me dirijo de nuevo a la barra mientras con sorpresa el camarero me observa.

Disculpa, la puerta no se abre
Le ayudare, puede que este mal cerrada. Alguna vez ya paso señorita. Lamento las molestias que le pueda causar esta incidencia.

Mientras él abría la puerta con una lógica facilidad y algo sorprendido por ello; yo lo cojo por la cintura y le empiezo a besar el cuello. Él se gira a la defensiva y yo le tomo de su corbata con firmeza y entro con él a un cuarto de que pone privado.

Me desahogo de mi blusa escotada y pongo su cabeza entre mis pechos erectos. Poco a poco va cogiendo la química de mi juego mientras le bajo la bragueta y empiezo a acariciar su pene que poco a poco se va poniendo erecto y caliente. Tras el primer rifirrafe desnudamos por completo nuestros torsos y empezamos a besarnos en la oscuridad La lujuria invade el anónimo cuarto sin saber que hay y que no. Vamos danzando en la oscuridad rozando nuestros cuerpos mientras le masturbo rápidamente, hasta que topamos con algo.

Él me toma de la cintura y me sienta en una especie de nevera y mete su cabeza entre mis piernas. Noto su lengua caliente a través de mis húmedas braguillas mientras juego con mis dedos envueltos en saliva con mis pezones erectos. La minifalda desaparece tras bajarme la cremallera y las bragitas bajan atrapadas entre sus dientes. Yo desnuda a merced de su lengua y sus dedos estoy ansiosa. Descalzada empiezo a masturbarle con los pies entretanto él, aun mas excitado, pierde su lengua dentro de mi. Finalmente decide deshacerse de la ropa que le queda y se acerca a mi cuerpo.

Noto su pene robusto rozando mi vagina y danzando por el exterior desde el clítoris al orificio de la vagina. De golpe se abre la puerta y aparece Jennifer preguntado por mi, algo extrañada. Se enciende la luz y nos encuentra en el acto. Su cara de espanto lucha con su expresión de sorpresa.

Rápidamente la tomo de las muñecas, la meto hacia dentro del cuarto y cierro la puerta. Por autoreflejo se muestra algo reticente a lo que ve y su expresión muestra miedo pues asimila mis intenciones. Pero mi mente es mas rápida. Tomo la corbata y la amordazo. La tumbamos forzadamente en un largo banco, que utilizan ellos en aquel almacén vestidor, y la desnudo con algo de prisa para lamer su vagina mientras ella me apretá la cabeza entre sus muslos. Yo estoy de rodillas inclinada hacia adelante encima del mismo banco que ella mientras prosigo con mi experimental y novedoso manjar.

De golpe noto como me penetran por detrás suavemente y aumenta el ritmo lentamente, quizás a la misma velocidad que disminuye la presión de las nalgas de mi amiga. Tras unos instantes de nuevo la puerta se abre y dos siluetas sonrientes e igual de excitantes para mi entran. El turno de la tarde parece que llega antes y yo insaciable. “Bienvenidos, acercaos sin miedo”. Mi primera victima se sienta sorprendida en el banco empalmado y mi amiga, ya excitada, no para de masturbarse. Ellos, los nuevos, empalmados miran ipsofactos la extraña escena mientras yo ya tengo uno de sus penes en la boca y el otro entre mis manos.

Mi amiga medio borracha de tequila y placer se levanta, los desnuda y me ayuda con ellos. Desde el banco mi cómplice se masturba con esmero al ver tal escena. Y yo que soy muy altruista rápidamente me siento sobre el huérfano pene de mi amigo mientras me traigo uno de los afortunados al alcance de mi boca para continuar la felación.

A rato me encontraba encima de mi desconocido favorito danzando con mis pechos entre sus labios mientras otro penetraba mi hasta hoy virgen ano con especial tacto. Me notaba completa, cachonda y algo agotada. A parte, Jennifer disfrutaba sentada en la nevera con el suyo que no abandono desde que entro. Durante unos 10 minutos la sala se lleno de gemidos y un aroma afrutado de nuestros cuerpos exaltados.

Finalmente uno a uno vamos cayendo en el orgasmo y en el abandono de nuestras fuerzas. Me notaba algo sucia y muy agotada, pero feliz.

Tras una pausa para tomar aliento, uno a uno nos fuimos vistiendo y danzamos fuera de la sala como si no pasara nada. Abandonamos el local sin pagar y una vez subidas en el coche totalmente enrojecida miro a mi amiga y una suave voz dice:

Jennifer, lo siento. Yo...
Iris. Has bebido mucho, esto no me lo vuelvas a hacer.
No se por que, pero...
No hay escusas, sabes. ¡No se puede conducir bebida! Vayamos andado a mi casa, comamos algo, te dejo algo de ropa y luego vamos a tomar algo...

Jennifer finalmente sonrió con una novedosa picardia. Y yo no puedo responder nada mas que con un eufórico “¡Vale!”

Bloody 2010. Capitulo III: La cueva de Tito

El grupo se dirigía con los prisioneros, que empezaban a entrar en razón, a la cueva de aquel extraño tipo llamado Tito.

- ¡Flipantente! Puto supositorio que va y hace ¡PUM! Y venga… todos los sesos saltando por los aires. – decía Tito con cara orgásmica.

- Ya ves… pero el que me tiene preocupado es Eso. No se que tal le va a sentir el enterarse que es un monstruo. – Contesta Morguem con preocupación

- Joder colega, si lo tiene que tener asumido… fijo que cuando nació su madre pillo un trauma. Si parece que hubiera nacido en una clínica veterinaria.

- No, gilipollas… aparte de eso. Me refiero a la mutación

- ¡Ah! Vale. No si ya de decía yo que no había bebido suficiente anticongelante esta mañana. Puta fabrica de Vodka, se creía que iba a poder conmigo y tengo mi hígado intacto.

El grupo llega a la entrada y Tito se saca un cigarro, lo toma con los labios; pero antes de encenderlo Morguem se lo roba, lo enciende el y con cara de placer lo va consumiendo.

Tito se vuelve con tal malas pulgas que le apunta a la cara al usurpador de barritas de cáncer, Morguem le contesta con la misma carta y Nowings apunta a ambos a la vez.

El grupo se arma rápidamente a la vez que un múltiple recargo de munición sale de la cueva. La situación es tan tensa y rígida que únicamente es interrumpida por el movimiento de Morguem al sacudir el cigarrillo para deshacerse del tabaco ya consumido.

- ¡Niños dejaos de jueguecitos absurdos! ¿Me estáis diciendo que después de matar a todos esos insensatos nos vamos a disparar unos a otros por culpa de un puto cigarro? Por favor… - decía con firmeza Nowings

De pronto el silencio se volvía a romper, del interior de la cueva y entre los pelotones de Tito salir una silueta que al momento decía:

- Vaya par de mariconas, daros un besito de buenas noches… cuanto amor se respira.

Un varón, también con gorra y sobre una silla de ruedas mecanizada.

- Calla minusválido, y vete a aparcar tu culo a la zona reservada para gente como tu. – Le contesta Tito

- Anda perra, que sabes que voy así porque me da la gana. Es la única manera de ir con el ordenador a todas partes. – Responde el extraño

- Venga va… Forthree ¡Si todos sabes aquí que en las noches frías conectas tu Ipene a tu PC hasta que da Error!

- Bueno, si nos vas a dar cobijo ya tardas nene, que tenemos algunos tocados y no tengo ganas de perder a los que ya están domesticados… - Nowings, rompedora como siempre

Morguem - ¡Suerte!

Forthree - ¡Vaya pavón!

Morguem – Necesitaras mas que tus baterías de litio para impresionarla

Tito – Y tu escoria, la próxima vez que me robes un piti te calo fuego…

Morguem – Inténtalo…

Y ambos salen corriendo como niños hacia la cueva mientras el resto del grupo se presenta al de Tito. Y la noche va cayendo lentamente mientras Lita y J.R. reposan sus heridas. La borrachera por la victoria fue tal que pocos aguantaron aquel duro asalto de anticongelante. Y a pesar de algunas bajas por intoxicación etílica al grupo de daba igual… era carne de cañón fácil de cosechar.

Bloody 2010. Capitulo II: El despertar de la Bestia

El arenoso asfalto empezaba a protagonizar el paisaje. Atrás quedaron los prados formados por la extraña lluvia dorada. La tensión volvía a verse remarcada en el físico del comando.

La marcha acelerada continuaba a son de cilindros rotando, música variada de años atrás y silencio. Red Wine en un anticuado IPod, algo poco común a son de guitarra española y diferentes temas de diversos estilos musicales en el resto del grupo. Morguem sujetaba su frente sin desamparo y grito con fuerza.

- ¡Que putada!, ostias… no si ya veremos si aguantare.

- Tío, ¿que te pasa ahora? – Decía J.R. con una clara sonrisa marcada - ¿Combustible?, Pues yo tampoco tengo nada de nada. Además lo estoy dejando

- No si ya… ¡Quiero un puto cigarro!

A lo que Blondie, la misteriosa mochila motera abría la boca. - ¿Y si paramos allí? – Señalando un cartel de desvió a un área de servicio

- Espera Morguem, voy a ver si atrás, en el maletero tengo algo.

A lo que J.R. abría con rapidez la puerta del todoterreno en marcha y subía al techo para acceder seguidamente al maletero.

- Pues no, no tengo nada. Porque… ¿Mmm? ¿Porque me miras así tío?

- Nada, solo que me parece curioso el hecho de ver como un pavo se sube en marcha al techo de su todoterreno para mirar que coño lleva en el maletero. Por lo demás… bien. Si, Si...

- ¡Va! Para eso lleva control de velocidad. No veo anécdota alguna.

El convoy tomo el desvió y cada uno empezó a actuar por cuenta propia según prioridades. Combustible, comida, aseo… J.R. entraba con decisión al bar y Lita, su artillera pesada, se bajaba con cara albina mirando con expresión de sorpresa a Morguem.

- ¡Esta to loco!

Morguem contesto con una sonrisa.

Dentro del café-restaurante, J.R. descuajeringaba una maquina de peluches tomando de su interior una Betty Boop y un puñado de monedas. Morguem entraba y observaba el panorama mientras su segundo metía sendas monedas en la maquina de tabaco, continuado de un duro golpe a la estructura principal de la expendedora que provocaba la apertura de la puerta de esta.

- ¿Qué haces?

- Pagar mis impuestos; ¿Sabias que la mayor fuente de ingresos del estado están en los impuestos sobre el tabaco y el alcohol?

De pronto las carcajadas volvieron a pararse y Nowings, la consejera y recursos humanos del grupo entraba acelerada al local.

- ¡Chicos! Tenemos compañía

Una manada de tarados sanguinarios por primera vez aliados con entes. Los rebeldes empezaban a pensar que su búsqueda del equilibrio les convertía en el blanco principal de todo ser en la faz de la tierra. A pesar de ser varias las regiones conquistadas, la tierra era demasiado grande para sus hombros. Tenían esperanza en los prisioneros, que se educaban poco a poco en el arte de la defensa de la razón, pero quien les marcaría el camino... Las cosas se ponían duras.

- Bueno… - Morguem con cigarro en mano, y apuntando al horizonte heterogéneo de siluetas – ¡A mi señal!

Y antes de que acabara todo el equipo empezó a disparar a discreción.

- En fin… - Suspiraba Morguem – Patearemos cabezas.

Los disparos certeros del comando provocaban bajas, pero eran pocas. Morguem conseguía aplacar los entes pero por poco tiempo. El viento se paro a mismo tiempo que la estirpe de espectros, que se fusionaban misteriosamente en una sola, que a su vez se fusionaba con un cuerpo. Mutación extraña…

La plebe sanguinaria empezaba a ser excesiva y Morguem suplicaba la invocación del Fuego Eterno a J.R. pero este le contestaba serio como nunca que por alguna extraña razón no podía disponer de sus poderes mágicos. La mutación completada media más de dos metros y medio, con espaldas inmensas; Vestía con una capa granate y portaba un mandoble a dos manos en cada una. Los dispararos a su ser eran inútiles.

J.R. se armaba con una ametralladora de 100mm y una velocidad de más de 20 balas por minuto. Tal barbarie destruía progresivamente el ejército sádico. Mientras un cohete AA surcaba los cielos impactando contra la improvisada trinchera de los desquiciados.

- ¡Bastardos!

El grito desequilibrado altero el grupo de los elegidos, el extraño tirador se ocultaba tras una negra gorra, una camiseta de tirantes llena de sangre y munición; y una expresión psicotica sacando la lengua.

No había tiempo para presentaciones, y este nuevo socio se unía al batallón que purificaba almas. Muchos de ellos se rendían mostrando síntomas de razonamiento básico, otros caían perforados mientras decoraban el suelo con su sangre y sesos. Pero el gigante mutado actuó.

Lita armaba un pesado cañón con un proyectil termoquímico capaz de deshacer el mismísimo magma, mientras los disparos intentaban entretener la atención del monstruo. A pesar de ello, este lanzo con saña una de sus armas batiendo a la artillera, dejando a esta inerte en el suelo. Sonido de explosión de cristal provocado o por el choque del arma con la armadura, o por la caja de cristal que aplacaba la cordura de J.R.

- Chiquitín, ¡No!

- “Un giorno credi di essere giusto e di essere un grande uomo, in un altro ti svegli e devi, cominciare da zero” – Tarareava J.R. (1)

- Mierda, Morguem haz algo a donde va… hay que pararlo - Gritaba Nowings

El segundo al mando corría a por el bicho brillando como nunca. Su cuello sangraba tanto que pronto toda su camiseta se descoloría, filtrando hasta la mismísima coraza que este llevaba dentro. Las lágrimas regaban aun más su ira absoluta y su cuerpo se hinchaba a una velocidad espeluznante; aumentando su tamaño y masa muscular a un nivel más brutal que la fusión de entes.

A penas a 200 metros, en plena carrera, su sangre se transformaba en armadura y un chorro corría por su mano izquierda. Este paso su mano derecha por su hemorragia y con ambas manos formo una forma de desenfundar una espada salpicando la sangre que se solidificaba en una enorme hacha de doble filo de mango largo.

Duelo de Némesis uno esperando al otro. J.R. con cortante bajo taja el suelo buscando el cielo; Corte limpio que Marte en dos el aire, la tierra, el horizonte y el monstruo. “Lita” grita con fuerza mientras las dos partes se separan. Una luz inmensa empieza a emerger del cuerpo del rebelde generando una cúpula, y de la luz al fuego, y del fuego al infierno, y del infierno solo volvió uno… el cuerpo de J.R. caía exhausto al suelo mientras consumía sus pocas fuerzas en añorar a su amada.

La batalla había terminado. Fueron 4 las bajas y 1 la alta. Tito era su nombre, que señalaba una cueva donde estaba su base. Allí, J.R. y algún compañero más se recuperaría. Nowings, Morguem y Blondie se quedaron seleccionando los rendidos.

La lluvia dorada empezó a caer de nuevo, otro sitio donde vivir en paz. Pero antes de esto una agonizante voz pedía ayuda; Lita seguía con vida. Morguem se acerco a ella, la miro a los ojos, le entrego el sucio muñeco que su segundo había sacado a puñetazos de la maquina y le dijo:

- Esto es tuyo… ¡Ah! Por cierto. La próxima vez que pienses morirte avisa, que la lías mucho.





1. “Un giorno credi di essere giusto e di essere un grande uomo, in un altro ti svegli e devi, cominciare da zero” traducido al castellano: “un día te crees que vas por buen camino y que eres un gran hombre, a otro día te levantas y lo haces, y a empezar de cero".

Bloody 2010. Capitulo I: El Inicio

Corría el año 2010 y las desérticas praderas presidían el mundo. La falsedad y la envidia habían hecho mella en toda la humanidad. El descubrimiento de la legendaria caja de Pandora, seguida de la decepción que los arqueólogos; provocaron la destrucción de esta, exterminando de la faz de la tierra la esperanza. El adulterio gobernaban en todas la almas y el homicidio era algo tan monótono como placentero que nadie se sorprendía de los montones de cuerpos putrefactos.

Abierta la herida, libertad general. Tanta muerte colapsan los juzgados sagrados y los entes sometían todo el planeta. Apenas algunos rebeldes luchaban por su vida, reclutando a los mejores para la nueva raza. Como el único idioma era la sangre, los diferentes alteregos fueron liberados. Apenas cien millones de habitantes luchaban entre si, asfixiados por el hedor pútrido.

Uno de los elegidos, un mártir partía sobre su personalizada motocicleta deportiva negra con una docena de compañeros de guerra. Lord Baltimor Morguem Black su nombre; pelo largo suelto, armadura mixta de cuero-titanio, su arma de filo, su semiautomática y abrazada a su pecho aquel ángel rubio que siempre deseo. A su derecha circulaba su segundo al mando iluminado siempre el camino, portando su Hummer color ártico y acompañado de su artillera pesada e intima. Con más de un centenar de millares de kilómetros y otros tantos espectros condenados recorrían las pocas hectáreas que aun no habían sido exploradas.

El peligro aun acechaba en la pequeña ciudad dominada por el desquicie. Los corruptos habían montado un gran bunker esperando nuestra llegada. Por primera vez se empezaban a organizar. Si todo continuaba así, las dos razas jamás podrían convivir juntas, debían pagar sus pecados. Los elegidos eran concientes de que tarde o temprano ellos iban a morir, pero era necesario llevar su purificación padeciendo a través de sus armas.

Llegaron a las puertas de la improvisada empalizada y Lord desmonto con su natural prepotencia, ordenando el acatamiento inmediato. Diversas balas llegadas de su espalda zumbaron con fuerza sus oídos, incluso tallando varios de sus cabellos; estrellándose en la frente de varios francotiradores que engatillaban fuertes revólveres con intenciones nefastas. La invocación del fuego eterno azul termino destruyendo todo el puesto de vigía. Morguem giro la mirada a los camaradas y un “Joder” salio con fuerza de su garganta. Su segundo contesto.

- Por bocas la palmas…

- Si joder, pero te has pasado un huevo

- Me apetecía volver a sentir el olor de una buena barbacoa como aquel viejo cumpleaños…

- Si chiquitín, pero ahora no llevo tabaco encima… dime como aprovechamos el fuego

- Además, ella tenia frió…

Penetraron como pudieron y empezó a caer la noche. Al fondo aun imperaban las llamas y el segundo marcaba el camino. Los habitantes temieron demasiado por su vida, acabando por rendirse. Los nuevos prisioneros se acechaban cabizbajos y la semiautomática selecciono algunos para su colección. “Escorias, es que no me motivaban demasiado”. El experto empezó a seleccionar los que merecían seguir con vida con unos métodos algo más complejos que con el plomo y el equipo celebraba a golpe de Absenta la conquista de toda la región. La noche termino con una extraña lluvia dorada, y al amanecer el tanto el verde como el azul volvían a reinar.

- Esto esta acabado

- Joooo, y si lo quemamos un poquito

- Ahorra fuerzas, que mira que cara de insatisfecha tiene tu artillera

- Payaso

- Lo se, va larguémonos de aquí… aun queda mucho por reinar.

El equipo de asalto “poco táctico” partía a por más candela y los prisioneros empezaban a construir vida, a reconstruir la caja de Pandora.

Tormenta libidinosa

La oscuridad reinaba en aquella pequeña y fría alcoba. La respiración alterada por la compañía y la falta de aire bajo la manta era, junto a la suya, el único sonido que rompía el silencio. Nuestros helados cuerpos buscaban alguna fuente de calor y abría los brazos para darte cobijo. Fue tan natural el contacto con tu cuerpo, que ambos se entrelazaron con el máximo contacto posible. Acorrucados sobrevivíamos la tempestad, que empezaba a romper el silencio con un repentino diluvio.

Recuerdo que mis manos congeladas buscaban cobijo debajo de tu pijama y mi apenas calido aliento te conmovía. Entonces empezó a ocurrir todo tan dulce como placenteramente; cuando mis dedos cobraron vida y buscaban eso que tanto aprecio de ti. Y no son los pechos, mentes perturbadas, sino su corazón. Pero he de admitir que allí era imposible de acceder excepto con palabras; e irónicamente mis manos fueron a parar a tus senos. Suave gemido y temperatura en aumento, seguido de un largo beso. Fundiendo los labios y derrotando a Morfeo, respirando el uno para el otro. El amor fue mutando a pasión, a locura… y yo me deshacía por tus huesos.

Las prendas poco a poco sobraban y el vaho cubría la ventana. Rico sabor el de tu cuerpo, dulce el de tus besos. En pleno frenesís descubrí tres cosas, y es que mis caricias eran cada vez mas amplias y bajas; de los senos ahora conquistados por mi boca, mis dedos perdidos por todo tu torso buscaban alocados hogar y se deslizaban hasta el fruto del pecado, mientras se peleaban con tus restantes prendas. Pero llegaron a meta a tal velocidad y el descubrimiento fue el siguiente. Yo quería dormir contigo y tú, aparte de no dormir sola, querías algo más de mí.

Los juegos rompían la barrera de la media noche, a cual mas intenso. Y las feromonas conquistaban el cuarto. Hasta que paso, la fusión en un único cuerpo hiperactivo. Tu boca con la mía y tu placer por el mió. Limbo sexual que con el paso del tiempo ascendió hasta la cumbre, y nos dio la paz. Arropados, exhaustos y abrazados; nos dejamos conquistar por el sueño.

No recuerdo si aun llovía, ni de truenos, ni la hora… como tampoco recuerdo hasta cuando dormimos, pero soy conciente que tras el desayuno y una ducha que tú me invadiste y volvimos a perder el norte esperando otro anochecer más.

Descarga de conciencia. Capitulo IV: Una estrella fugaz eterna que me trajo suerte

Con el nueve arrancado del calendario y mi reloj marcando las 5 de la tarde, me dirigía a Plaza España con el MP3, al auricular cantaba esa joya que se llama Pedro, de Lunatic. Y a grosso modo tenía una gran sonrisa por verla de nuevo. Navegando entre canciones me encontraba con tema que perforaban mi alma, Héroe de Leyenda, Dos Almas, Lax’n’Busto… pero es algo lógico y natural. Al salir del metro recuerdo que sonaba “Music for your eyes” y suspirando me encendí el cigarro mientras caminaba. Al llegar al portal automática mente paso a la siguiente y por ironías un “In this world you will never be mine” seguido de un “en fin” de mis propios labios. Subía las escaleras como siempre silbando, excepto cuando bebo, y me encontré con ella de frente más guapa de lo normal. Y es que aunque creyese que Grease fuera sublime, su mirada era más y más bella. Pero he de admitir que si me fui con una “Sirena Bípeda” volví con una especie de Ángel sin alas.

Fuimos a tomar algo y ella decía tener las ideas claras. Entramos a un Pub Irlandés y Guiness en mano nos sentamos en mi mesa favorita. Hablamos como se costumbre pero ella esperaba algo mas y panoli de mi no sabia como hacerlo, y es que aunque confié mas en mi, hay cierto detalle suelto. Admito que me cuesta, pero lo hago; pero si eso implica cagarla y mas teniéndome medio loquito, la cosa cambia.

Sermón en labios, a modo de declaración y final feliz. Como en las películas malas de cualquier sábado tarde, pero sin asesinato. Mis labios se fundieron con los suyos notando como mi pecho explotaba y mi espalada se quebraba dejando vía libre a mi alma, teletransportada al mismo limbo. Y todo empezó, circulo vicioso de felicidad. No recuerdo que cara era más o menos resplandeciente pero al volver al piso la gente nos miraba atónita. Y llego la despedida. Y aunque fuera temporal, admito que yo quería dormir con ella y ella no quería dormir sola. Pero aquel día 10 fue irónicamente eso.

Volví de Andorra un domingo y lo primero que hice fue escuchar de nuevo su voz que me sulibeya. La noche fue larga, placida, cariñosa y con compañía. Y desde aquel momento me siento amorfinado. Y es que tu sabor me adicciona, tu olor me excita y apacigua y los besos rozan mi alma. Tu mente es tan perversa e ilustre que me enamora. Los minutos sin ti se manan perennes y contigo se aceleran tanto como mis palpitos. Y es que nena, en aquel beso me robaste el alma. Mi amor va en aumento y mi deseo es insaciable. Pero aunque tenga los pies en la tierra, me siento libre. Ahora ya no te puedo recordar triste y eso me deleita, pues disfruto solo con verte feliz.

Descarga de Conciencia, Capitulo III: Sol y lluvia

Aun, nervioso por los recuerdos que me han acechado de nuevo; me veo incapaz de explicar el porque de las maletas. Puede que en otro momento lo explique, a modo de descanso del alma. Queriendo hacer hincapié en lo de descargarme y revelarme ante mis pocos, pero queridos lectores me vuelvo a zambullir en el recuerdo.

Aquella tarde se presentaba como pocas, ya que hacia un largo tiempo que andaba de papeleos varios por lo de mi padre. Agradecido pero arto de tanto pésame y aun esperando que el llamase o abriera la puerta con su uniforme de trabajo. Superar estos temas es duro y largo.

La compañía era conocida y agradable, pero nunca, hasta ese mismo día fue intima. Y no lo digo por experimentar placeres y pecados; sino porque nunca antes habíamos quedado juntos fuera de su piso. “Cine y lo que la noche aguante” pensaba sentado en uno de los vagones del metro. Pero claro, antes de disfrutar hay que sufrir y yo no tenia las cosas claras. Me explico, soy muy especial. Quizás sea debido a mi madurez avanzada, a todo lo que he vivido, a lo que he sido y cambiado. He probado muchos de los néctares de la vida, malos y buenos; y he sido un verdadero cabron pero amando. Pero cuando juegas con fuego te quemas, y podría haberme quemado mucho si no hubiese pisado el freno. Entonces encontré mi verdadera identidad, un noble cachondo que se preocupa demasiado de los suyos… alguien que sabe como sacar una carcajada entre lágrimas. Pero el cambio fue demasiado y perdí la forma, los ataques de ira, la confianza y el carácter fantoche. Tras aquel 26 de Noviembre recupere mi confianza y estaba mas delgado que nunca, con decir que me miraba al espejo y me veía guapo. Y es que para que pensar en que estoy tal y cual si no se puede arreglar; somos como somos… tenemos nuestro cuerpo y es lo único que sabemos con seguridad que estará con nosotros hasta que partamos; ¿Por qué odiarlo?

En fin, la “cita” fue en un céntrico lugar con Montse. La compañía era grata y me reía mucho con ella, como un tal para cual. Fuimos al cine y la película fue mala pero bien no lo pasamos, y tras cenar un Sundae de Fresa por mi parte y pasear bajo farolas explorando viejos recuerdos, llego una iniciativa buena: Ira a Lunatic, un Pub de música en vivo. Rosa Negra de Terciopelo y “Cuando me abrazas y me besas”. Un cocktail y una canción… una nueva forma de vivir.

La acompañe a casa y no surgió nada, pero aquella noche dormí tranquilo y dio pie a alguna escapada mas. La semana iba pasando y el contacto mas firme. Realmente molaba quedar con ella y llego un fin de semana especial. Para agradecerle mi reencuentro con la sonrisa le invite a ver algo que hacia tiempo que deseaba. Y ya no era el hecho de ir un día de estos, sino ya. Porque aquello se acababa. Frankfurt, Entradas para Grease el musical, Blue Monday, un escote de miedo, una figura existía y unos labios que cada vez más me llamaban la atención. Pero como dice la canción:

“Que yo no quiero darte amor eterno,
ni beber para olvidar los palos de este casamiento.
Yo no quiero ahogarme en el infierno,
pero tengo que abrazarte
y juro que si ti reviento.”

Y salimos alguna vez más, con o sin compañía. Muchos me miraban con envidia, muchas me aclamaron atención pero con ella alado el mundo era demasiado grande para los dos. Fin de año… tantas y tantas risas, caricias, abrazos… ella me pidió tiempo y yo tenia la duda. Pero tenía confianza en ella y sabia que pasara lo que pasara ella no me traicionaría… por eso yo no quería besarla y cagar.

El calendario fue rápido, aunque con ella el tiempo se parase. Y el 10 de Enero llego sin prisas pero con gratos recuerdos… y aunque me atormentase el recuerdo de mi Padre, la ansiedad me agarrase y la tristeza viniera, me destrozara y se fuera; era en gran parte feliz. Hacia tiempo que no tenia ese brillo, hacia tiempo que alguien no me capturara como lo hizo ella. La empezaba a querer y la deseaba con toda mi alma. Dulce caramelo pica-pica.

Descarga de conciencia. Capitulo II: Un ultimo viaje, la razón de mi llanto

La noche fue fría y tenue. Mi sueño pasivo… Un llanto de desespero al entremedio de la madrugada proclamaba con desespero algo que nadie quería saber. Mi Padre tendido en el suelo, sin respiración por un pequeño mareo. Reanimación, seriedad y alegría.
- ¿Vamos al medico?
- No, bien, quiero estar aquí…
Mi Madre y yo nos turnábamos con preocupación el recorrido del pasillo hasta que una dulce voz susurro rompiendo el silencio un “Cariño, no me dejes solo… tengo miedo”.
Todos partimos hacia nuestros dormitorios y la mañana transcurrió entre una leve diarrea y un poco de ardor de estomago… Hasta que tuve la genial idea (Quizás lenta) de darle a tomar Primperan. Y descanso… durmió feliz y pacíficamente hasta la hora de comer.

Recuerdo como estaba jugando al Zelda mientras nos relajábamos del susto y en el comedor se escucho un leve bostezo y un muy afable Luís volvía a sonreír, preguntando su amor “Cariño, ¿Qué hay de comer? Tengo un hambre”. Eso nos reconforto a todos, y mientras ella preparaba su comida el simplemente se teletransporto al baño. Nadie vio como se levantaba o como abría la puerta, pero todos vimos como llegaba al comedor.

Palidez, agotamiento. Miedo, el nuestro. El teléfono descolgado conectado al 061 y el fallecía por momentos. Un masaje, un masaje cardiorrespiratorio. Y sus ojos dejaron de ser blancos y vueltos; volvió ha hablar… Y dijo sus ultimas palabras: “Gracias, estoy bien…” y sonrió de nuevo.

El Samur llego y nos sacaron tarjeta roja, el ya estaba estable y sedado. El único problema que había era como sacarlo de allí, y una segunda compañía vino. “Hay que llamar a los bomberos” “Pediremos mas oxigeno para ir sobre seguro” Y las carcajadas y los recuerdos de el ultimo fin de semana brotaban de los labios de un pelotón de 3 Médicos, 3 Enfermeros y 3 Chóferes/Auxiliares; todos ellos relajados.

Y apareció el silencio, la policía y la búsqueda de la ignorancia. Cuando lo volvimos a ver sus labios ya eran afrutados. Y la amnesia comienza aquí…

Flashbacks: El avisar a todo el mundo, los abrazos, la familia, mi gente, los compañeros… la Ansiedad, la pena infinita, el no querer admitirlo… Sus deseos, su traje para la boda, su canción… en este video.

Cuanta razón tenia, y cuanto te quiero. Cuanto te he eché de menos y ahora sin ti con quien me voy a picar, que cara pondrías al presentarte a la mujer de mi vida, que are sin ti el resto de mi vida… Pero como tampoco me declaro egoísta y lo que es peor, que ara mi Madre sin ti, su vida.

Un cigarrito mas y luego lo dejo, pienso… Un Replay más y recuerdo tanto y tan bueno. Y es que ahora se el porque de la depresión, tu lo sabias y yo también aunque no sabia cuando, donde y porque. Y puede que nos tachen de idiotas por no avisar antes a una ambulancia o llevarte al hospital pero aquel infarto fue tan repentino e imprevisible que ni 9 médicos contigo pudieron hacer nada. Y es que tú querías morir en casa, con los tuyos hasta el final y sin sufrir. Para que pruebas de tortura y mi análisis sin cuando legaron ellos tu corazón estaba bien, como pocos. Aquí o allí tu partida era inevitable…

Ya habías hecho las maletas unas semanas antes.

Descarga de conciencia. Capitulo I: Dudas innecesarias y el oráculo del llanto

Cual cuento de hadas la vida me sonreía un futuro prospero y feliz. Tantos planes y tan poco tiempo. Mi vida se dividía entre el placer y la armonía. La familia era uno de los pilares de mi existencia, pues he de admitir que siempre fueron buenos conmigo. Pero todo quizás no quedaba allí, secretos irrevelables que dañarían mi nueva faceta o mi grado de madurez.

Corrían los últimos meses del año a una velocidad espantosa y las sonrisas como siempre brotaban allá donde el estuviera. Mi maestro, mi padre, seguía su filosofía de vida y yo empezaba a practicar la mía. Nuevas amistades y en especial una, Montse; tan agradable, tan rencorosa… Pero eran cosas mías, heridas abiertas sin curar.

Dicha amistad encajaba muy bien con mi ser y pronto floreció un cariño especial. Pero se pudrieron los posibles recuerdos ilusos de tiempo pasado. Su cumpleaños se acercaba y mi tristeza aumentaba. Aunque disfrutara sacando una fina sonrisa, algo no terminaba de funcionar. Me sentía perforado y aterrado… ¿Era posible acaso llegar a sentir algo mas que amistad?

Una amiga asentía con la cabeza cada vez que la nombraba y sus preguntas inundaban mis oídos desconectados. Fuera de mi por alguna razón, llego una aparente carga explosiva, Ella volvió a un estado de estupidez caprichosa conocida como ceguera adolescente y yo… bueno yo no sabia que pasaba.

El día del cumpleaños llego con armonía y mi estado anímico era más bien depresivo. El hermano de Monik pendiente de juicio, ella acompañada y yo con esa pena. Ahora bien, sinceramente y de corazón he de admitir que en ningún momento llegue a sentir nada mas por Ella que un poco que rabia por el estado en que estaba y lo único que pensaba era un “ya se dará la castaña”.

Pensando ocultar mi estado inexplicable en alcohol, la cosa empeoro. Y la noche acabo con una agresión innecesaria y un manto de lágrimas.

Al despertar de aquella pesadilla fui a ver a una de las personas que mas aprecio a buscar alguna respuesta, pero nada. De nuevo volvía a llorar al descender esas escaleras.

Mi querido diario

Dia uno: He salido de nuevo a la calle, y lo he visto. Pateaba una lata con desesperación. Mi corazón de nuevo se encogía al ver como corría envuelto en lágrimas y caía de rodillas al suelo. Vi a su ángel oscuro como besaba sus labios y paraba el llanto. El vio en ella de nuevo el contenido de la caja de Pandora, pero ella voló.

Dia dos: Juntos y cogidos de la mano, que bello es el amor…

Dia tres: Yo lo quería y vuelvo a verlo solo apenado. Me acerco para darle consuelo y nada… logro sacar una sonrisa. Pero vuelve su ángel, su pesar y se lo lleva otra vez más…

Rechazadamente enamorados…

Dia cuatro: Ahora soy yo quien se siente mal, pero nadie viene a mí pesar. Príncipes azules me miran a los ojos y yo los espanto. ¿Por qué? Por el…

Dia cinco: Quiero una persona para mi, que me quiera por lo que soy y no por como soy. A fin de cuentas todo termina destruyéndose, pero solo pido que lo que no se pierda sea nuestra sonrisa. La de tenernos uno al otro.

Escribir un destino contigo, mi desconocido… o a lo mejor te tengo mas cerca de lo que creo… pero da igual, quiero ser feliz.

Desesperación…
Never Again…
My Heart is Open...

Un anzuelo sin esperanza

Me mentiría si dijese que no te he mirado. Admito que eres muy guapa y se te ve simpática. Quizás fuera de mis límites. Son tan pocas las desafortunadas que están a mi altura, son pocas las que son tan desagradables…

Pero no soy quien da pena, solo asco.
No soy el que va de desquiciado, lo estoy.
No soy el más atractivo, excepto cuando me marcho.
No soy el que se rinde fácilmente, excepto tratando de mujeres.
¿Altruista o desafortunado?
Si al menos mantuviera mi inocencia seria feliz.

Allá voy, sin chuletas ni programa. Sin táctica de asalto, ni arsenal mayor que mis pobres palabras.

- Hola, si no fueras como eres te besaría la mano. Pero me siento un ruin alagado de tu real presencia.

- ¿Perdón?

- Entiendo, no quería asustarte. Aunque parezca mentira se hablar, existen los milagros. Solo quería saludarte, mi benévola quimera.

- Upps… que sorpresa. Asi que quimera.

- “Metafóricamente claro. Lo digo porque reúnes las cualidades más destructivas, al menos para mi razón:

Sonrisa de acero, pues nunca la pierdes.
Curvas cerradas, de las que te hacen perder la razón.
Mirada de luna; todo lo ves, todos te miran.
Dulzura alimonada, tan acida como afable… adictiva y sorpresiva.
Rosa negra; Delicada, preciosa, siniestra… pero te sabes defender.

No podría acabar nunca la lista, pero ahora que la he empezado no puedo dejar pensar en otra cosa que no seas tu. Y no me llames obsesivo, simplemente me dejo llevar por mis sentidos y mi espontaneidad.”

- Me quedo impresionada, nunca me habían dicho nada parecido no escrito o ensayado. No eres normal y no actúas como las normas están escritas.

- Gracias, es un honor haber cruzado miradas y palabras esta noche contigo. Adios.

Rechazado por mi mismo. O atacando a quien no debía cuando no era preciso. Pero inconsciente de las miradas de alguna admiradora, inconsciente de lo que hago, bebo, fumo y vivo. Auto destinado a estar solo por mi sed de venganza, por castigarme por no conseguir lo que puedo conseguir.

Bucle sin salida.

Y lo peor esque al girarme en mi partida no soy capaz de ver la cara de aquella chica, con una pose tan parecida como la de la foto. Al reves, me castigo con una irreal mirada de odio.

Donde mejor acaba un sueño


El ambiente tenebre y afrutado era inolvidable. La oscuridad penetraba entre los pequeños orificios que, acompañado de un húmedo olor, hacia mas intensa la sensación de prisión. Como a la merced que me tienes, enjaulado en tu pecho. Un abrigo extendido y mi pecho de almohada. Recuerdo aun el leve gemido mientras hurgaba debajo de tu blusa aterciopelada.


Sabroso néctar fue el que despertó del todo mi pasión, que me hizo catapultar mi lengua vientre abajo hasta llegar a la fuente del olvido. Pero sin despreciar tus senos suavemente masajeados. Supuse que la transparencia seria evidente entre tus bordadas coulets de seda, y allí me quede… embobado y apasionado, como un niño con un helado. Tu me cogias con fuerza determinado miembro y lo masturbas con pequeños ataques de furia. Y yo perdí la razón entre tus piernas hasta que tu gran gemido me despertó. Aun me duele el cuello cuando te abalanzastes sobre mi y… el sueño acabo. Volvió la luz y el suave ruido de una maquinaria moderna. La puerta se abrió y salí del ascensor; pero no solo porque te llevaba entre mis brazos. Entramos en la habitación y nos volvimos locos hasta el amanecer. Pasión y buen sexo, con un morbo añadido, pues notaba la mirada envidiosa de la luna que se colaba cuando el viento soplaba y refrescaba la calida alcoba de aquel lujoso hotel una fría noche de primavera.


Nunca había ido más allá de besar tus labios o apretar con firmeza tus muslos. Virgen de ti y deseando de no serlo mas, a tu merced y fogoso. Notaba la desesperación por la libertad de mi viejo amigo y tú, busca que busca la llave que abre esa puerta. Hormonas, licor y sudor. Placer adulto a flor de piel. Más sabor y menos frió. Besaba tu boca como si me fuera la vida y mordisqueaba tus lóbulos; bajando por el cuello hasta llegar a los senos. Entretenido en descifrar la contraseña de tu sujetador nuevo mientras tu mano izquierda conseguía abrir la bragueta. Libertad, decían nuestras locas hormonas.

La razonable corona de la rosa

En un antiguo reino un soberano combatía el mal con las palabras. Razonable como pocos luchaba por sus ideales con un ejército de trovadores. Conquisto lo que quiso y fue feliz. Pero un día, en el campo de batalla y con su tozuda fidelidad a su propio ser, se negó a empuñar espada alguna. Su escuadrón venció, pero nadie se dio cuenta que su monarca fue alcanzado por una flecha. Callo al suelo y de sus ojos broto una única lagrima que apaciguo la sed de una hermosa rosa de único color. De ella broto un nuevo capullo y de allí naciste tú.

El rey se recuperó y ordeno custodiar esa rosa con todos los medios posibles; pero llego el impasible invierno y esta se marchito, para lamento el rey y la nueva princesa. Los miles de pétalos volaron por la fría brisa y se suspendieron sobre la nieve escribiendo vistosamente “Aguanta el frió y brota en verano, exhibiendo tu encanto con una sonrisa. Con mi belleza y la fuerza de tu padre llegaras lejos. No te rindas jamás”

Unidos por el llanto

La soleada noche de hallowen se había convertido en un baile de cuotidianos ropajes y trabajadores. Allí no había una norma sobre el orden, todo era caóticamente perfecto. Los pocos humanos puros que quedaban se reunían como siempre en un pequeño sótano verjado, además de amueblado a base de frió y oscuridad. El silencio reinaba en aquella sala; no había nada que cuestionar, era el final del mundo… nadie quería seguir viviendo allí y esperaban que se extendiera la razón; pero su única esperanza era la muerte.

La codicia reinaba por todas partes e insulsos personajes televisivos gobernaban el mundo. Nadie sabia reír, amar o llorar. Siempre luz artificial… eran simples cobayas. Todo marchaba calculadamente bien, pero empezó a llover por primera vez. La gente huía despavorida y atemorizada de aquel raro elemento.

Una gota callo en la nuca de 48976/KX y este despertó.

“¿Agua caer del cielo? Estoy sorprendido de este maravillo paraje purificado, de repente todo me da lastima. Pero como hombre no voy a suplicar una respuesta, soy insensible y me da igual la contestación.”

Continúo andando y empapado comenzaba a gruñir molestamente.

“Me siento asquerosamente helado y solitario. ¿Qué será este extraño temor a continuar así durante mucho rato más? No hay ruido, cosa o pensamiento en lugar alguno de esta calle. Solo un murmuro en mi mente y el sístole de mi corazón. Lo llamaremos soledad, por darle algún nombre… Y eso no es lo único, esto es tan melancólico que me siento raro, vació. Tristeza le quedaría bien a esa definición.”

Siguió caminando sin rumbo mientras poco a poco despertaba del sueño de la ignorancia. Sus piernas iniciaban a fallar bruscamente y el gesto de manos en los bolsillos se volvió demasiado monótono para él. Su rostro perdió su firmeza y empezaba a perder la bobera y a expresar su estado anímico con gestos. Inicio a dar puntadas al aire a zigzaguear de banda a banda. Gritaba como un loco y se fustigaba con pequeños golpes en su torso. El nerviosismo se le extendió y exploto en lágrimas, se sentó en una roca y rompió a llorar cual niño hambriento de pecho.

"¡Que horror! Estoy enfermo, me he contagiado del cielo y lo peor es que no puedo parar… me siento tan triste, tan solo, tan inútil… ¡Quiero volver atrás, dormir en la inconciencia! Que duro es esto de saber que eres, como eres y a que puedes aspirar."

Se seco las lagrimas con la camisa y se hecho en el césped estirándose. Sus lágrimas seguían brotando durante horas, hasta que escucho otros gemidos provenientes de la otra parte del jardín común. Una hermosa chica seguía sus pasos, sus mismos gestos. Otra mas que había sido purificada por el agua.

- ¿Numero de serie? – dijo nuestro amigo.

- Y eso que importa ahora… soy algo mas que un simple código… Soy una Maloon

- ¿Maloon? Bueno, Maloon. ¿Tu también estas enferma? Yo también estoy lloveando

- Llámale llanto, es como lo llamo yo…

- Llanto… increíble, otra que le da por inventar palabras

- ¿Como tristeza o soledad? Por cierto, ¿como te nombro?

- Kaen mismo…

- Bueno Kaen, déjame a solas por favor.

- Como quieras

Mientras estuvieron hablando sus llantos cesaron y una hermosa sonrisa brotaba de sus labios. Kaen se alejo y volvió a notar síntomas que torpeza. Se tocaba su cuello con insistencia, molesto por algún motivo. Se sentía algo mejor, pensativo sobre todo. Recapacitaba sobre Maloon y sus semejanzas. La ansiedad le rodeaba el cuerpo e inmovilizado sentía unas ganas increíbles de volver a platicar con ella. Le agradaba su compañía, la necesitaba. Pero seguía molesto de su cuello.

Tras un rato se levanto y camino hacia Maloon. A medio camino, y por sorpresa, sus miradas se cruzaron y se abrazaron con tal naturalidad que ni reaccionaron tras soltarse. Se tomaron la mano y ambos dejan de tocarse el cuello. Habían despertado, sufrido y amado. Dándole un sentido mucho mas cercano al verdadero. Pero no sabían que habían sido elegidos, no sabían que la luna les había mordido y mostrado uno de los caminos hacia la felicidad.

Esto ocurrió en otro momento, en otro lugar… no estamos preparados para amar… y yo me pongo como ejemplo para demostrarlo. Nos encaprichamos enseguida…

Lagrimas de Plomo II: Reflexion despues del dolor

Ara tres meses que perdí mi vida. Aunque me mantenga en pie, respire y piense; me encuentro extinta, desolada, insólita e insulsa. Amargada culpabilidad de infundir mal de amores, maléfica estampa de homicida lujuriosa… me siento borracha de lamento. Recuerdo día tras día su rostro, su voz y su muerte. Maldita guadáñela de largos ropajes negros. Que ocultas tras tu ser… ¿Por qué eres las muerte? ¿Por qué te lo llevaste? ¿Acaso ganaste algo tú y la desesperación? Vendetta… ¿Pero como?...

Ara tres meses que empecé a entenderlo todo. El apego es cosa de dos. Es mas, me duele y reconcome aceptar que el amor es pedir que te quieran. Como también demostrar que tu ya la par sientes lo mismo. Cierto que coincidíamos en ello, pero nos mentimos con el silencio.

Ara tres meses que todo aquello fue romántico, melancólico… pero no salio bien. No podemos ocultar nuestros sentimientos, encerrar nuestro corazón, guiarnos por la razón… Patrañas nuestras. Erramos cuando ocultamos necesidades tan obvias como el cariño y el aprecio. Necesito volver a amar. Empezando por la vida.

Ara tres segundos que veo las cosas mas claras. Lucifer, tú y tu chica no ganareis esta partida de ajedrez, os llevasteis a mi rey pero pienso avanzar y llegar al final, a tu lado con uno de mis peones: Vendetta. Y este viejo peón quedara muerto, si es cierto. Pero gracias a el recuperare al rey de mi partida. Cierto que no será el mismo que me hizo llorar. Pero la caja esta llena de reyes para mi partida, y uno será lo suficientemente bueno para mi juego.

El amor es un ajedrez: Elijes el color de tu alma, arriesgas, sacrificas para salvar algo o recuperarlo. Pero se van acabando los peones mientras los años y los vicios hacen brecha en tu vida. Y aunque duela admitirlo hay fichas que desaparecen sin motivo aparente o aceptable para tu mente… pero ahí estas tu para intentar suplirlas. Nos podemos equivocar cuando elegimos ficha…

Es mas, para que quedarte parado sin arriesgar, ¿Que ganas si no apuestas mas por ti? Simplemente Soledad…

Lagrimas de Plomo I: Autocondena

Abriendo la ventana dejo entrar luz, una luz brillante para exterminar estas tinieblas… el reflejo de la luna al fin esta presente en toda la habitación. Es jueves o quizás viernes, no tengo la noción del tiempo suficientemente estimulada. Me encuentro envuelto en tinieblas creadas por mi mente y no se que hacer para solucionarlo todo. Tras sentarme en la cama y mirarme al espejo, que tengo en la mesita, no me veo; veo algún tipo de silueta con forma humana sin alma alguna. No tengo alma porque la entregue a una diablesa, y esta me devolvió mentiras y odio. Cansado de supuestamente quedar reflejado, me levanto e inicio mi marcha con destino al exterior.
El aire hace danzar la cola de mi viejo abrigo, el pelo se me alborota deformando totalmente mi estética. Pienso, recuerdo, miento y me consuelo. No… no debo hacerlo; soy fuerte, o eso creo, pero de nuevo noto dolor. Dolor en mi pecho, mi corazón roto de nuevo. Sobrevivir no es posible, amo a lo imposible y además siento dolor cuando recuerdo a mi amada no correspondida. Tengo una idea, es dura y peligrosa, pero es mi destino. De nuevo sangro por dentro, heridas internas que solo pueden ser vistas por mis sentimientos.

Es la hora, es el día… por eso me visto con mis mejores galas. Un deseo, voy a cumplirlo, voy a dejar este sufrimiento. Tras tomar mi fría amiga del cajón me lanzo al acecho de mi amor no correspondido, hoy o nunca. Tras un largo trecho, la encuentro; ella tan bella con sus ropas negras, su rojiza melena y su piel cremada. Me acerco y susurro al viento:

- Querida mía, vengo a satisfacer mi deseo anti-sufrimiento. Estoy harto del rechazo y te aviso que seré breve: quiero que me hagas feliz estos cinco últimos minutos de vida, después moriré de amor… satisfáceme una ultima vez y sonríeme como acostumbras hacerlo…

- No acepto ese comportamiento, y eres quien para saberlo

- Yo no puedo seguir siendo rechazado…

- El rechazo es relativo, nunca me has dejado hablar… siempre te has marchado sin mas o has escrito y publicado verdades corruptas acerca de mis sentimientos. Abre los ojos y dime si ves lo que cada día te enseño. Debo ser fuerte y decírtelo: Yo siento…

- ¡Calla! No sigas, me duele y lo sabes. Nunca me lo has dicho pero ahora lo has dejado clarisimo: Sientes asco, repugnancia… Mira y observa

- ¿Ca… car… cariño que diablos haces? ¡Eso es un… no! No ves la verdad

- ¡Si! Por eso debo hacerlo, estoy fuera de mi mismo, es mi destino. Observa como apretó el gatillo en mi torso… - Se escucha el disparo -

- ¡No! Hasta ahora mi timidez me ha podido, pero te quiero… ¿Nunca has observado mis ojos?

- Es tarde para decir eso. Fui yo quien se sentía auto-rechazado… no veía que me querías, no podía aceptarlo… Te quería por tu mirada, tu pensamiento y tu puro corazón… eso te diferenciaba de la mayoría de los mortales… pero... ahgs… - tras gruñir cayo inconsciente, sin vida -

- Pero no fuiste capaz de ver mas allá y notar mi timidez y mi espera. Mi silencio amoroso te impacientaba y nunca me dejasteis hablar. También tengo culpa por no frenar tus dictamines de silencio. Ahora, cariño, te tengo entre mis brazos. Se que no te moverás jamás… me has hecho llorar… pero ten en cuenta que no estar muerto, porque morirás cuando caigas en el olvido, y pienso encargarme de universificar tu recuerdo… pero antes debo de dejar de acerté mas mal. Mis lagrimas caen sobre el impacto de bala y son expulsadas por el flujo sanguíneo hacia fuera… esas lagrimas que han entrado en contacto con la bala están corrompidas y de tono metálico… son lagrimas de plomo.