domingo, 2 de mayo de 2010

Bloody 2010. Capitulo II: El despertar de la Bestia

El arenoso asfalto empezaba a protagonizar el paisaje. Atrás quedaron los prados formados por la extraña lluvia dorada. La tensión volvía a verse remarcada en el físico del comando.

La marcha acelerada continuaba a son de cilindros rotando, música variada de años atrás y silencio. Red Wine en un anticuado IPod, algo poco común a son de guitarra española y diferentes temas de diversos estilos musicales en el resto del grupo. Morguem sujetaba su frente sin desamparo y grito con fuerza.

- ¡Que putada!, ostias… no si ya veremos si aguantare.

- Tío, ¿que te pasa ahora? – Decía J.R. con una clara sonrisa marcada - ¿Combustible?, Pues yo tampoco tengo nada de nada. Además lo estoy dejando

- No si ya… ¡Quiero un puto cigarro!

A lo que Blondie, la misteriosa mochila motera abría la boca. - ¿Y si paramos allí? – Señalando un cartel de desvió a un área de servicio

- Espera Morguem, voy a ver si atrás, en el maletero tengo algo.

A lo que J.R. abría con rapidez la puerta del todoterreno en marcha y subía al techo para acceder seguidamente al maletero.

- Pues no, no tengo nada. Porque… ¿Mmm? ¿Porque me miras así tío?

- Nada, solo que me parece curioso el hecho de ver como un pavo se sube en marcha al techo de su todoterreno para mirar que coño lleva en el maletero. Por lo demás… bien. Si, Si...

- ¡Va! Para eso lleva control de velocidad. No veo anécdota alguna.

El convoy tomo el desvió y cada uno empezó a actuar por cuenta propia según prioridades. Combustible, comida, aseo… J.R. entraba con decisión al bar y Lita, su artillera pesada, se bajaba con cara albina mirando con expresión de sorpresa a Morguem.

- ¡Esta to loco!

Morguem contesto con una sonrisa.

Dentro del café-restaurante, J.R. descuajeringaba una maquina de peluches tomando de su interior una Betty Boop y un puñado de monedas. Morguem entraba y observaba el panorama mientras su segundo metía sendas monedas en la maquina de tabaco, continuado de un duro golpe a la estructura principal de la expendedora que provocaba la apertura de la puerta de esta.

- ¿Qué haces?

- Pagar mis impuestos; ¿Sabias que la mayor fuente de ingresos del estado están en los impuestos sobre el tabaco y el alcohol?

De pronto las carcajadas volvieron a pararse y Nowings, la consejera y recursos humanos del grupo entraba acelerada al local.

- ¡Chicos! Tenemos compañía

Una manada de tarados sanguinarios por primera vez aliados con entes. Los rebeldes empezaban a pensar que su búsqueda del equilibrio les convertía en el blanco principal de todo ser en la faz de la tierra. A pesar de ser varias las regiones conquistadas, la tierra era demasiado grande para sus hombros. Tenían esperanza en los prisioneros, que se educaban poco a poco en el arte de la defensa de la razón, pero quien les marcaría el camino... Las cosas se ponían duras.

- Bueno… - Morguem con cigarro en mano, y apuntando al horizonte heterogéneo de siluetas – ¡A mi señal!

Y antes de que acabara todo el equipo empezó a disparar a discreción.

- En fin… - Suspiraba Morguem – Patearemos cabezas.

Los disparos certeros del comando provocaban bajas, pero eran pocas. Morguem conseguía aplacar los entes pero por poco tiempo. El viento se paro a mismo tiempo que la estirpe de espectros, que se fusionaban misteriosamente en una sola, que a su vez se fusionaba con un cuerpo. Mutación extraña…

La plebe sanguinaria empezaba a ser excesiva y Morguem suplicaba la invocación del Fuego Eterno a J.R. pero este le contestaba serio como nunca que por alguna extraña razón no podía disponer de sus poderes mágicos. La mutación completada media más de dos metros y medio, con espaldas inmensas; Vestía con una capa granate y portaba un mandoble a dos manos en cada una. Los dispararos a su ser eran inútiles.

J.R. se armaba con una ametralladora de 100mm y una velocidad de más de 20 balas por minuto. Tal barbarie destruía progresivamente el ejército sádico. Mientras un cohete AA surcaba los cielos impactando contra la improvisada trinchera de los desquiciados.

- ¡Bastardos!

El grito desequilibrado altero el grupo de los elegidos, el extraño tirador se ocultaba tras una negra gorra, una camiseta de tirantes llena de sangre y munición; y una expresión psicotica sacando la lengua.

No había tiempo para presentaciones, y este nuevo socio se unía al batallón que purificaba almas. Muchos de ellos se rendían mostrando síntomas de razonamiento básico, otros caían perforados mientras decoraban el suelo con su sangre y sesos. Pero el gigante mutado actuó.

Lita armaba un pesado cañón con un proyectil termoquímico capaz de deshacer el mismísimo magma, mientras los disparos intentaban entretener la atención del monstruo. A pesar de ello, este lanzo con saña una de sus armas batiendo a la artillera, dejando a esta inerte en el suelo. Sonido de explosión de cristal provocado o por el choque del arma con la armadura, o por la caja de cristal que aplacaba la cordura de J.R.

- Chiquitín, ¡No!

- “Un giorno credi di essere giusto e di essere un grande uomo, in un altro ti svegli e devi, cominciare da zero” – Tarareava J.R. (1)

- Mierda, Morguem haz algo a donde va… hay que pararlo - Gritaba Nowings

El segundo al mando corría a por el bicho brillando como nunca. Su cuello sangraba tanto que pronto toda su camiseta se descoloría, filtrando hasta la mismísima coraza que este llevaba dentro. Las lágrimas regaban aun más su ira absoluta y su cuerpo se hinchaba a una velocidad espeluznante; aumentando su tamaño y masa muscular a un nivel más brutal que la fusión de entes.

A penas a 200 metros, en plena carrera, su sangre se transformaba en armadura y un chorro corría por su mano izquierda. Este paso su mano derecha por su hemorragia y con ambas manos formo una forma de desenfundar una espada salpicando la sangre que se solidificaba en una enorme hacha de doble filo de mango largo.

Duelo de Némesis uno esperando al otro. J.R. con cortante bajo taja el suelo buscando el cielo; Corte limpio que Marte en dos el aire, la tierra, el horizonte y el monstruo. “Lita” grita con fuerza mientras las dos partes se separan. Una luz inmensa empieza a emerger del cuerpo del rebelde generando una cúpula, y de la luz al fuego, y del fuego al infierno, y del infierno solo volvió uno… el cuerpo de J.R. caía exhausto al suelo mientras consumía sus pocas fuerzas en añorar a su amada.

La batalla había terminado. Fueron 4 las bajas y 1 la alta. Tito era su nombre, que señalaba una cueva donde estaba su base. Allí, J.R. y algún compañero más se recuperaría. Nowings, Morguem y Blondie se quedaron seleccionando los rendidos.

La lluvia dorada empezó a caer de nuevo, otro sitio donde vivir en paz. Pero antes de esto una agonizante voz pedía ayuda; Lita seguía con vida. Morguem se acerco a ella, la miro a los ojos, le entrego el sucio muñeco que su segundo había sacado a puñetazos de la maquina y le dijo:

- Esto es tuyo… ¡Ah! Por cierto. La próxima vez que pienses morirte avisa, que la lías mucho.





1. “Un giorno credi di essere giusto e di essere un grande uomo, in un altro ti svegli e devi, cominciare da zero” traducido al castellano: “un día te crees que vas por buen camino y que eres un gran hombre, a otro día te levantas y lo haces, y a empezar de cero".

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