Hasta
donde llega lo prohibido. ¿Es malo soltarse la melena de vez en
cuando?. O mejor dicho, ¿Contigo?. Yo creo que no.
Llevo
toda la tarde pensando en ti, en el momento en que entres por la
puerta para poderte besar los labios. Con este camisón de seda
bermellón con encajes dando vueltas en circulo mientras miro el
reloj del salón. Y finalmente escucho las llaves rascar el pomo de
la puerta. Y salgo corriendo para abalanzarme entre tus brazos.
Empiezo
a besar tus fríos labios que vienen de la calle, pasando mis brazos
detrás de tu larga melena y acomodándolos en tus hombros. Nuestras
bocas se funden en una mientras tus heladas manos sujetan mis caderas
en el aire. Continuamos besándonos el cuello y la boca mientras tu
cuerpo va entrando en calor, para finalmente dejarme caer de nuevo al
suelo. Te tomo de las manos y mirándote a los ojos te digo.
- ¿Que tal el trabajo mi amor?
- Bien, cariño. - Respondes con una sonrisa
- Me he puesto guapa para ti – Mientras te miro con una mueca picarona y me muerdo el labio inferior.
- Ya veo, mi nena. - Te acercas a mi oído y me susurras – Me encanta lo que veo
- Jajajajajajajajaja, me pasa lo mismo.
Bajo
la mirada a tus manos aun algo frías, y las pongo encima de mis
pechos por debajo del camisón.
- Así estarán mas calentitas
- Me encanta notar tu corazón y como tu cuerpo se revoluciona al entrar en contacto con el mio.
Seguimos
besándonos y dándonos caricias hasta que acabo por acompañarte al
baño, donde te desvistes para entrar en la ducha.
Después
me vuelvo al cuarto y desde el marco observo que todo este perfecto
para luego. Abro el armario y tomo un par de toallas para volver a
aseo. Dejo las toallas sobre el radiador y me acerco a la mampara.
No
puedo evitar observar tu cuerpo desnudo lleno de espuma que poco a
poco va desapareciendo por el agua. Mientras te enjabonas el pelo de
espaldas a mi veo como las gotas surcan tu espalda hasta tu cintura,
muriendo en ese culito precioso que tienes. Mi lengua mas húmeda de
lo normal relame mis labios secos mientras no puedo evitar las mil y
una cosas que le haría a tu cuerpo. Finalmente me decido a golpear
el vidrio de la mampara para llamar tu atención.
Te
giras en redondo y con la alcachofa limpias el vidrio. Yo por mi
parte te observo con una fogosa mirada que genera un gesto amable en
tu cara. Pongo mis manos sobre mi cara y empiezo a bajarlas por mis
hombros y el contorno de mi cuerpo hasta la cintura. Desabrocho el
cinturón del camisón y te muestro mi cuerpo medio desnudo. Inclino
mi cuerpo hacia un lado doblando un poco la rodilla y pongo mi mano
izquierda en cadera. Tus ojos miran anonadados mi cuerpo y eso me
excita aun mas. Sin perder la postura, paso sobre mi lengua el dedo
indice de mi mano derecha para bajarlo por mi barbilla, mi cuello, mi
escote y desviarme primero a un de mis aureolas para recorrerlas en
espiral hasta el erecto pezón. Y luego vuelvo mi dedo a mi boca para
acariciar el otro. Y de nuevo vuelvo a humedecerlo para bajarlo por
mi escote hasta mi abdomen, dando un giro sobre mi ombligo y seguir
bajando hasta a mi ingle frotándome los labios; para posteriormente
poner mi mano boca arriba y ofrecértela. Tu, me correspondes con un
gesto marcándome el camino hasta la ducha.
Dejo
caer mi camisón apartando la seda de mis hombros y dejándolo caer
por mi espalda y entro dentro de la ducha. El roció de la ducha hace
mi cuerpo mas receptivo a tus caricias y no paro de abrazarte
fuertemente mientras mi lengua juega con la tuya. Nuestros pezones
erectos rozan el uno con el otro y nuestras manos se deslizan hasta
las caderas de la otra. Me encanta que me acaricies los muslos y bajo
mis labios hasta tus rodillas para juntarlas y besártelas. Continuo
subiendo con mis besos y lametones por tus muslos y tu ingle; tu
ombligo, tu pecho y de nuevo tu boca.
De
golpe pasas tu mano por mi espalda y apoyas la otra por encima de
pecho, inclinando mi espalda mientras la sostienes en uno de tus
brazos. Empiezas a bajar los dedos alocadamente por mis pechos
acariciandomelos sin rumbo, mientras das fugaces besos sobre ellos. Y
tus dedos siguen bajando poco a poco por mi abdomen hasta mi ingle.
Acaricias mi clítoris mientras mi cuerpo se estremece de placer; y
tu no dejas de aprovecharte del agua templada y de mi flujo para
rápidamente jugar con mis labios mientras me besas los pechos.
Un
largo gemido se escapa de mi boca mientras uno de tus dedos se
introduce dentro de mi, acariciándome por dentro en circulos. Me
tienes a tu merced y me encanta. Me vuelves loca con tus besos, tus
manos... y no paras de masturbarme cada vez mas intensamente mientras
mis piernas empiezan a flaquear, pero se que tu no me dejaras caer.
Ahora son dos, los dedos que me invaden por dentro, mientras con el
pulgar jugueteas con mi clítoris. No pares porque me encanta. E
intermitentemente nos darnos largos besos en los que nuestras lenguas
luchan forazmente en que boca de las dos se van a quedar.
No
puedo aguantar mas mi amor, me falta el aire, el pulso se me dispara
y mis muslos se contraen... y en lo que dura un suspiro llego a un
orgasmo tras otro mientras pierdo la razón. Y al volver en si te veo
con una enorme sonrisa llevandote a la boca tus dedos mágicos como
si fueran un trofeo. Apagas el agua, me abrazas con una toalla
mientras tienes tu la otra por encima y me miras fijamente mientras
en una voz dulce me dices “¿Seguimos?” a la par que miras a la
cama...
Nos
tumbamos encima de la cama, me tienes a tu merced con mi cuerpo
desnudo a la par que exhausto. Arrodillada con mi viente entres tus
muslos mientras te sujetas en el aire con las manos agarradas al
cabezal. Adoro ver como tu larga melena mientras tus ojos brillan con
luz propia y tu sonrisa picara me observa.
Mis
manos se deslizan desde tus rodillas hasta tu espalda arqueada para
morir en tus hombros. Y vuelvo sobre el rastro de mis dedos para
bajar por tus pechos, para seguir por tus axilas de camino a tus
manos. Y tu, mientras aun no he llegado a mi destino, te dejas caer
suavemente mientras tu pelo acaricia mi pecho para darme un largo
lametón en la cara. Empiezas a mover tus caderas escalando el borde
mi abdomen, mi pecho y finalmente dejas tu ingle a la par de mi boca
mientras empiezas a jugar con uno de tus dedos dentro de mi boca. Yo
respondo dándote pequeños mordiscos mientras lo rodeo con mi lengua
y poco a poco le voy dando libertad para que acabe en uno de tus
pechos acariciándote a ti misma. Y ami me toca ahora el turno, pues
tengo tu vagina al filo de mis labios.
Empiezo
a darte besos en tus labios superiores, a amarrarlos suavemente con
el filo de mis dientes y castigarlos con la punta de mi lengua. Me
tienes prohibidas las manos, así que me voy abriendo paso con mi
lengua hasta llegar a tus labios inferiores. Empiezo a saborear el
dulce néctar de tu fruto que cada vez esta mas cerca. Finalmente
abro la boca del todo para dar rienda suelta a mi lengua y tu
empiezas a balancearte sobre mi mentón y mis labios carnosos
mientras mi lengua surca tu ingle húmeda. Pero antes de que pueda
darte mi ultimo asalto te apartas de mi, reculando hasta mis caderas.
De
golpe veo como alzas mis mulsos al aire y pasas tu lengua desde la
punta de mis dedos de los pies al empeine y los tobillos mientras
acaricia mis plantas y mis talones. Sigues bajando hasta mis rodillas
por el interior y me abres de piernas. Te acercas con las rodillas
juntas y empiezas a acariciarte la cara con la palma de tu mano para
bajarla por tu pecho, barriga hasta tu vagina a la par que vas
abriendo tus rodillas a lado y lado; quedando tus glúteos
suspendidos en el aire. Me ayudas a sentarme mientras deslizas tus
manos por mi cuerpo hasta mis manos y una vez conseguido empiezas a
sujetar tus pechos para que yo los pueda besar en aire.
En
la misma posición, tomas mis manos y la llevas a tu entrepierna; yo
respondo masturbándote con mis dedos, mientras tu haces lo mismo
conmigo. Seguimos masturbadonos una a la otra mientras yo beso tu
pecho que se balancean de un lado a otro gracias a tu juego de
hombros. Cada vez nos masturbamos mas rápido, dejamos una mano fuera
de la ingle de la otra para acariciar los pechos a la par que nuestra
respiración se dispara.
Rápidamente
cambiamos de posición, entrecruzarndonos las piernas para que
nuestras ingles esten pegadas una a la otra. Empezamos con caricias
suaves intento juntar nuestros labios, luego vamos mas allá y
rozamos nuestros clítoris entre si. No se cual de nosotras esta mas
húmeda , pero ayuda mucho a que el roce sea mas placentero.
Son
movemos cada vez mas rápido y cuando nuestro aliento empieza a
flaquear paramos un segundo para, con las piernas aun cruzadas,
empezarnos a besar mientras nuestras ingles siguen pegadas; pero esta
vez vamos a dar paso a nuestros dedos que empiezan a masturbar el
clítoris de la otra hasta llegar juntas al orgasmo mientras nuestras
bocas se besan luchando por un poco de aire fresco. Nuestros cuerpos
empiezan a convulsionar pero algo nos impide parar y seguimos jugando
hasta quedar exhaustas.
Nos
abrazamos y nos tapamos el cuerpo con las sabanas mirándonos
mientras recuperamos el aliento. Dándonos besitos la una a la otra.
Tu mirada se clava en la miá cuando recuperas la lucidez y me dices
con voz de niña culpable.
- Joooo, cariño. Sabes que el rojo me vuelve loca.
- Ya lo se, ¿Te gusta tu regalo?
- Me encanta, y sobretodo cuando te pones tu mi regalo.
Nos
empezamos a reir. Y hablamos un buen rato, ya encontraremos el
momento de comer algo y reponer fuerzas. Porque el postre seras tu,
de nuevo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario