domingo, 2 de mayo de 2010

Descarga de Conciencia, Capitulo III: Sol y lluvia

Aun, nervioso por los recuerdos que me han acechado de nuevo; me veo incapaz de explicar el porque de las maletas. Puede que en otro momento lo explique, a modo de descanso del alma. Queriendo hacer hincapié en lo de descargarme y revelarme ante mis pocos, pero queridos lectores me vuelvo a zambullir en el recuerdo.

Aquella tarde se presentaba como pocas, ya que hacia un largo tiempo que andaba de papeleos varios por lo de mi padre. Agradecido pero arto de tanto pésame y aun esperando que el llamase o abriera la puerta con su uniforme de trabajo. Superar estos temas es duro y largo.

La compañía era conocida y agradable, pero nunca, hasta ese mismo día fue intima. Y no lo digo por experimentar placeres y pecados; sino porque nunca antes habíamos quedado juntos fuera de su piso. “Cine y lo que la noche aguante” pensaba sentado en uno de los vagones del metro. Pero claro, antes de disfrutar hay que sufrir y yo no tenia las cosas claras. Me explico, soy muy especial. Quizás sea debido a mi madurez avanzada, a todo lo que he vivido, a lo que he sido y cambiado. He probado muchos de los néctares de la vida, malos y buenos; y he sido un verdadero cabron pero amando. Pero cuando juegas con fuego te quemas, y podría haberme quemado mucho si no hubiese pisado el freno. Entonces encontré mi verdadera identidad, un noble cachondo que se preocupa demasiado de los suyos… alguien que sabe como sacar una carcajada entre lágrimas. Pero el cambio fue demasiado y perdí la forma, los ataques de ira, la confianza y el carácter fantoche. Tras aquel 26 de Noviembre recupere mi confianza y estaba mas delgado que nunca, con decir que me miraba al espejo y me veía guapo. Y es que para que pensar en que estoy tal y cual si no se puede arreglar; somos como somos… tenemos nuestro cuerpo y es lo único que sabemos con seguridad que estará con nosotros hasta que partamos; ¿Por qué odiarlo?

En fin, la “cita” fue en un céntrico lugar con Montse. La compañía era grata y me reía mucho con ella, como un tal para cual. Fuimos al cine y la película fue mala pero bien no lo pasamos, y tras cenar un Sundae de Fresa por mi parte y pasear bajo farolas explorando viejos recuerdos, llego una iniciativa buena: Ira a Lunatic, un Pub de música en vivo. Rosa Negra de Terciopelo y “Cuando me abrazas y me besas”. Un cocktail y una canción… una nueva forma de vivir.

La acompañe a casa y no surgió nada, pero aquella noche dormí tranquilo y dio pie a alguna escapada mas. La semana iba pasando y el contacto mas firme. Realmente molaba quedar con ella y llego un fin de semana especial. Para agradecerle mi reencuentro con la sonrisa le invite a ver algo que hacia tiempo que deseaba. Y ya no era el hecho de ir un día de estos, sino ya. Porque aquello se acababa. Frankfurt, Entradas para Grease el musical, Blue Monday, un escote de miedo, una figura existía y unos labios que cada vez más me llamaban la atención. Pero como dice la canción:

“Que yo no quiero darte amor eterno,
ni beber para olvidar los palos de este casamiento.
Yo no quiero ahogarme en el infierno,
pero tengo que abrazarte
y juro que si ti reviento.”

Y salimos alguna vez más, con o sin compañía. Muchos me miraban con envidia, muchas me aclamaron atención pero con ella alado el mundo era demasiado grande para los dos. Fin de año… tantas y tantas risas, caricias, abrazos… ella me pidió tiempo y yo tenia la duda. Pero tenía confianza en ella y sabia que pasara lo que pasara ella no me traicionaría… por eso yo no quería besarla y cagar.

El calendario fue rápido, aunque con ella el tiempo se parase. Y el 10 de Enero llego sin prisas pero con gratos recuerdos… y aunque me atormentase el recuerdo de mi Padre, la ansiedad me agarrase y la tristeza viniera, me destrozara y se fuera; era en gran parte feliz. Hacia tiempo que no tenia ese brillo, hacia tiempo que alguien no me capturara como lo hizo ella. La empezaba a querer y la deseaba con toda mi alma. Dulce caramelo pica-pica.

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