domingo, 2 de mayo de 2010

La razonable corona de la rosa

En un antiguo reino un soberano combatía el mal con las palabras. Razonable como pocos luchaba por sus ideales con un ejército de trovadores. Conquisto lo que quiso y fue feliz. Pero un día, en el campo de batalla y con su tozuda fidelidad a su propio ser, se negó a empuñar espada alguna. Su escuadrón venció, pero nadie se dio cuenta que su monarca fue alcanzado por una flecha. Callo al suelo y de sus ojos broto una única lagrima que apaciguo la sed de una hermosa rosa de único color. De ella broto un nuevo capullo y de allí naciste tú.

El rey se recuperó y ordeno custodiar esa rosa con todos los medios posibles; pero llego el impasible invierno y esta se marchito, para lamento el rey y la nueva princesa. Los miles de pétalos volaron por la fría brisa y se suspendieron sobre la nieve escribiendo vistosamente “Aguanta el frió y brota en verano, exhibiendo tu encanto con una sonrisa. Con mi belleza y la fuerza de tu padre llegaras lejos. No te rindas jamás”

No hay comentarios:

Publicar un comentario