domingo, 2 de mayo de 2010

Donde mejor acaba un sueño


El ambiente tenebre y afrutado era inolvidable. La oscuridad penetraba entre los pequeños orificios que, acompañado de un húmedo olor, hacia mas intensa la sensación de prisión. Como a la merced que me tienes, enjaulado en tu pecho. Un abrigo extendido y mi pecho de almohada. Recuerdo aun el leve gemido mientras hurgaba debajo de tu blusa aterciopelada.


Sabroso néctar fue el que despertó del todo mi pasión, que me hizo catapultar mi lengua vientre abajo hasta llegar a la fuente del olvido. Pero sin despreciar tus senos suavemente masajeados. Supuse que la transparencia seria evidente entre tus bordadas coulets de seda, y allí me quede… embobado y apasionado, como un niño con un helado. Tu me cogias con fuerza determinado miembro y lo masturbas con pequeños ataques de furia. Y yo perdí la razón entre tus piernas hasta que tu gran gemido me despertó. Aun me duele el cuello cuando te abalanzastes sobre mi y… el sueño acabo. Volvió la luz y el suave ruido de una maquinaria moderna. La puerta se abrió y salí del ascensor; pero no solo porque te llevaba entre mis brazos. Entramos en la habitación y nos volvimos locos hasta el amanecer. Pasión y buen sexo, con un morbo añadido, pues notaba la mirada envidiosa de la luna que se colaba cuando el viento soplaba y refrescaba la calida alcoba de aquel lujoso hotel una fría noche de primavera.


Nunca había ido más allá de besar tus labios o apretar con firmeza tus muslos. Virgen de ti y deseando de no serlo mas, a tu merced y fogoso. Notaba la desesperación por la libertad de mi viejo amigo y tú, busca que busca la llave que abre esa puerta. Hormonas, licor y sudor. Placer adulto a flor de piel. Más sabor y menos frió. Besaba tu boca como si me fuera la vida y mordisqueaba tus lóbulos; bajando por el cuello hasta llegar a los senos. Entretenido en descifrar la contraseña de tu sujetador nuevo mientras tu mano izquierda conseguía abrir la bragueta. Libertad, decían nuestras locas hormonas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario