martes, 4 de mayo de 2010

Sin 5 sentidos

No veo, no huelo, no oigo, no toco y por postres tengo la boca seca por respirar por ella. Atado con las manos a la espalda con una cinta de algodón y un vendaje de terciopelo que aislá todo lo que tengo por encima de mis labios. De pie a las ordenes de ella...

Noto unos dedos surcar mi cuello directos a mi boca. Acarician mis labios y los beso. Pero rápidamente desaparecen. Dos palmas rozan mi pecho y bajan hasta mis muslos. Noto un beso en mi miembro y de nuevo paz. Ahora toca aire, un cálido aliento recorre cada centímetro de mi cuerpo, ademas de un centenar de besos; labios que se paran aleatoriamente sin ninguna regla. De golpe noto una lengua dentro de mi boca, un largo beso que casi me deja sin respiración... me quedo jadeando pero excitado.

Recupero mi olfato, de nuevo tengo la nariz libre... y empiezo a respirar mejor. Algo se acerca a mis labios; erecto, suave... recorro con mi lengua cada centímetro del pezón que tengo al alcance de mi boca. Se aleja y vuelve su gemelo. Me tumban boca arriba y yo sigo sin escuchar, ver o tocar nada. Un frío cubito o eso creo, recorre mi pecho; seguido de una cálida lengua que me seca las pocas gotas heladas que quedan. Erecto, su lengua abraza mi pene para luego ascender y descender. Finalmente acaba dentro de su húmeda boca y apenas tengo libertad para estremecerme. Me lo lame, besa, toca... la tensión se me acumula y no creo que aguante mucho mas. Pero de golpe todo para, para bien o mal. No se cual sera su siguiente carta pero de nuevo estoy de pie. Me sueltan de manos y me acerca hacia ella, o eso creo. Que expectación...

Creo que ella esta tumbada pues me hace ponerme a gatas encima de ella y yo sigo sin ver ni oír. Me toma de la nuca y me acerca a su boca. No puedo tocarla... solo olerla y besarla. Noto sus labios carnosos entre los míos, su lengua bailando con la miá... pero me hace bajar al cuello. Noto algún sabor dulce, que baja poco a poco. Sigo el rastro con mi lengua y paso de su cuello a sus pechos, de sus pechos a su ombligo, de su ombligo a sus muslos; Y alcanzo su vagina. Palpo con la lengua y voy probando, guiándome lo que mas le gusta por el calor, por sus movimientos. Noto el sabor adictivo de su néctar y no puedo parar. Estamos ambos a cien, lo noto... pero hoy no mando yo.

Tras un rato me toma de la barbilla y me hace subir. Su mano coge mi duro pene y empieza a bailar por fuera de su vulva, para posteriormente entrar con una extrema facilidad. Tomándome de la nuca me empieza a besar en introduce los dedos envueltos en su néctar en mi boca. Los saboreo pero los noto algo diferente al gusto de antes. Me pone el alto y me tumba boca arriba otra vez. Me ata de pies y manos a extremo de la cama... y de nuevo me siento dentro de ella, sin embargo la noto algo mas tensa y menos húmeda. Los sentidos me empiezan a jugar malas pasadas.

Sin venir a cuento noto algo encima de mi barbilla, empiezo a palpar con la lengua y eso de nuevo el antiguo sabor. ¡Ostias! ¡Resulta que son dos!. La excitaron es máxima y no puedo de dejar de degustar el placer ante mi mientras el coito empieza a ser demasiado largo para mi. Mi cuerpo se estremece y de golpe ambas salen de encima mio. Sus dos lenguas recorren mi pene mientras yo irremediablemente eyaculo sobre ellas. Pero la cosa parece no acabar pues se esfuerzan en endurecerme el pene de nuevo y parece que lo consiguen con relativa facilidad. Me aflojan el vendaje de la cara y recupero el oido, pero sigo a oscuras.

El ruido excitante de la doble felación pronto acaba cuando de nuevo otro de las vaginas envuelven mi pene de nuevo. Las nalgas de una de ellas se aposentan sobre mi y me ponen en bandeja por detrás su vagina y ano. Mi lengua recorre el metafórico valle de arriba a bajo mientras unos dedos masturban el ano. Oído gemidos, besos y el vaivén su entrepierna que amortigua con la miá. Sobre mi pene hay mas movimiento y creo que es una mano que masaje el clítoris de mi prisión. Noto los espasmos, la sobre lubricación de la vagina y un largo gemido seguido de un jadeo. Se intercambian posturas y ahora unos muslos se asientan en mi pecho y dejan la vulva a la altura de mi barbilla.

El próximo coito es mas lento, noto un ano hambriento que poco a poco me va devorando al ritmo de unos grandes gemidos. Mientras una mano coje con fuerza mi cabello acercándome hacia la boca de la vagina con la cabeza rodeado entra sus piernas. Incesante circulo vicioso que acaba cuando empiezo a notarme preso de unos muslos por la cabeza, unas afiladas uñas que agarran mis rodillas con fuerza y un cuerpo que vuelve a irse. Eyaculo con fuerza dentro del culo mientras me “ahogo” en flujo por la boca. Los tres caemos rendidos, ni respiración o fuerza. Se tumban una a cada lado y luchamos por el poco aire fresco que queda.

De golpe me sueltan y me quitan la venda. Me veo a mi amante de pie con una cámara en la mano y a lado y lado dos gemelas amigas de ella. Sorprendido y en shock, ellas se levantan y se sientan en sendas butacas colocadas a lado y lado de la cama. Expectante situación y largo silencio que se rompe cuando mi amante me dice “Ahora me toca a mi”, tomando mi miembro entre sus manos y reanimandolo... Sigo pensando el que ha pasado cuando de nuevo ya vuelvo a estar empalmado.

Rebecca, esto me la pagaras caro...

No hay comentarios:

Publicar un comentario